23 de octubre de 2015

Edición Octubre 2015

Referencias Problemáticas

En el mes de setiembre participando de un debate en las redes, rescaté que los trabajadores y empleadores tienen un concepto equivocado con respecto a las referencias laborales y eso me alertó en cuanto a la acción de los responsables de recursos humanos. Noté que algunos empleadores comentaban que ante la incorporación de un postulante miraban su CV y si existían empresas que no estuvieran registradas o no se habían hecho los correspondientes aportes, ese trabajador quedaba descartado, con lo cual el trabajador era el culpable de su siniestra situación.  En otro caso, hubo un relato de una colega donde comentaba que un trabajador había sido despedido por haber cometido un leve error y la firma consideró su error como algo grave, el hecho fue que las referencias para ese trabajador lo perjudicaron de tal manera que hasta el día de hoy, sigue sin poder ubicarse.
Una colega extranjera expresó que a raíz de esas nefastas referencias, la gente se queda sin posibilidad de trabajar, o peor aún con un hueco inexplicable en el CV  si omiten esa experiencia. Aparentemente en España, se puede actuar judicialmente contra empleadores que perjudiquen de esa manera a un trabajador. Lamentablemente en Argentina, no contamos aún con esa visión. 
Lo importante es tener en cuenta que los trabajadores nunca deberán ocultar la información de sus empleos. Así que será importante conseguir referencias que provengan de compañeros, colegas y otros y también fuera del entorno laboral. Hay que tener en cuenta que los empleos proporcionan contactos, clientes y gente de confianza que puede describir como una persona ha interactuado y trabajado con ellos. 
Desde mi mirada profesional, no pude dejar de participar y acotar que  para los selectores las referencias siempre sirven y completan una mirada más sobre un postulante, hoy también ayudan las redes sociales para obtener información.  Con respecto al tema, puedo comentar casos cercanos de muy buenos trabajadores con muchos años que han sufrido esta problemática sobre las referencias.  A mi criterio y experiencias cercanas, el tema en cuestión es que si una empresa se pone entre ojos a un empleado y lo perjudica en brindar malas referencias, lamentablemente ese individuo, no logrará insertarse nuevamente; no saben cuanto daño hacen y es preocupante esa mentalidad en profesionales del área de recursos humanos o responsables en incorporar nueva fuerza laboral.
Al colega que opta por el "descarte laboral" le mencioné que no se olvide que al momento de las referencias laborales, existe una gran cantidad de grandes empresas que no hacen los aportes de sus empleados, otras que las realizan al momento de llegar la edad jubilatoria, como así tampoco entregan certificaciones y personalmente, a pesar que todo esto ocurre en el mercado laboral, no lo tomaría como una variable de descarte  hacia un postulante. 
En toda entrevista se debe escuchar, luego apreciar ambos relatos, como también recurrir al uso de una buena entrevista y batería de herramientas que nos brindarán información certera de "quien es ese trabajador". Me parece que hay mucho por hacer y tratar en este tema tan interesante y actual. Para tener en cuenta.




El Efecto del Empleo en la Vida de las Personas



Con un currículum que impresiona, el doctor Julio César Neffa sigue la línea francesa, sobre todo de Christophe Dejours, famoso titular de la cátedra Psicoanálisis-Salud-Trabajo en el Conservatoire National des Arts et Métiers de Francia. Neffa vivió en Francia durante varios años, donde obtuvo su doctorado en Ciencias Sociales del Trabajo expedido por la Universidad de París. Como Dejours, cree profundamente en la centralidad del trabajo sobre la vida de las personas y es autor de numerosos libros sobre este tema. También es director de la carrera de Especialización en Gestión de las Relaciones de Trabajo de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), y director de las carreras de Especialización en Gestión de las Relaciones Laborales y de la maestría en Relaciones Laborales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, entre muchas otras actividades profesionales.
-Después de escuchar dos veces a Christophe Dejours cuando vino de Francia para hablar sobre su tema, el trabajo, quedó claro lo central e importante que es para las personas.
-Ese es un debate muy grande. En la década del 70-80 hubo un rechazo de las personas a la división extrema del trabajo, al autoritarismo, a la forma de gestión de las empresas. Aparecían problemas de salud que no se tenían en cuenta y que ahora muchas veces tampoco. Me refiero a todo lo que tiene que ver con las actividades cognitivas psíquicas y mentales. Pero empezaron a aparecer en cantidad todos esos problemas. La solución era psicologizar, cuando el problema era la organización del trabajo.
-¿Qué se hizo entonces?
-Se empezó a estudiar, sobre todo quienes se dedican a la epidemiología, el impacto psíquico y mental del trabajo en la vida de las personas y cómo eso se somatiza. Hoy, los estudios más modernos muestran que la mayor parte de los infartos, accidentes cerebrovasculares, úlceras, trastornos gastrointestinales y depresión tienen su origen en un problema del tipo psíquico y mental. Hasta hace poco tiempo, cuando alguien tenía un infarto, se preguntaba sobre los padres, se buscaba una explicación genética, biológica y se dejaba de lado lo más importante del ser humano, que es la mente.
-¿Y ahora?
-Esto ha cambiado y el tema central es la pandemia que se origina en problemas psíquicos y mentales. Por supuesto que hay problemas que surgen de la vida doméstica o lo que fuera, pero la centralidad del trabajo es tan grande que el impacto que tiene sobre las personas afecta directamente a la salud a corto, mediano o largo plazo. Por ejemplo, si una persona tuvo un infarto, no se admitía que trabajó con tensión, o que estaba sobrecargado, o que había una relación tirante con su jefe o colegas. Estas cosas estaban ocultas.
- ¿Cuáles son los riesgos psicosociales en general?
- Hay que recordar que el trabajo no es patógeno. Son las malas condiciones lo que puede atentar contra la salud. La intensidad del trabajo, la carga horaria, el control de las emociones, los conflictos éticos y de valores, las relaciones sociales en el trabajo y las relaciones con la jerarquía, la autonomía y el control que tiene el trabajador entre otros factores pueden hacer que la competitividad de las empresas no sea sustentable.
-¿Qué papel cumplen las emociones en el trabajo?
-Los psicólogos durante mucho tiempo se dedicaron a las cuestiones cognitivas y las emociones parecían ser un rasgo de animalidad. Pero las emociones son muy importantes y en el trabajo nosotros podemos tener miedo quizá por el tipo de tarea que llevamos adelante (ser policía, por ejemplo), sin poder manifestarlo. En muchas profesiones hay que controlarse y hasta fingir (peajes, call centers), o mentir. Eso termina haciendo daño.
-¿Qué pasa después del retiro? En muchos casos las personas sufren enormemente.
-Es que el trabajo es tan central que cuando a alguien se le priva involuntariamente de la posibilidad de trabajar sufre. Si ha trabajado 20 o 30 años, y le falta el trabajo, pierde una parte de sí mismo, está privado de algo. El trabajo es un lugar donde la gente se realiza, donde puede ser creativa, donde siente que puede hacer cosas útiles para los demás. Quizá también hay una relación de solidaridad y cooperación con los colegas. Cuando esto se corta también hay un sufrimiento.
-¿Cómo puede evitarse?
-Si las personas después de la jubilación no hacen cosas útiles o algo vinculado con su trabajo envejecen más rápidamente y eso termina mal.
-Quizá no sea fácil encontrar el camino.
-¡Hay tantas cosas para hacer en este mundo! En Francia, donde viví, la mayor parte de los jubilados que hicieron cosas y pasaron por buenos procesos de aprendizaje finalmente son los que arman las ONG, las dirigen, las sostienen y dedican buena parte de su tiempo libre a ocuparse de los demás. El problema es que hay gente que después de 30 años de trabajo termina gastada y pierde la aptitud para seguir haciendo cosas. Pero cuando se encuentra un sentido a la vida a través del trabajo se quiere seguir haciendo lo mismo.
-¿Qué se sufre más en la Argentina?
-La incertidumbre con respecto a la continuidad del empleo. En este país hay un 7% de desempleados, 10% de subempleo, 33% de trabajo no registrado, y sumados los trabajadores precarios como monotributistas suman dos tercios de la Población Económicamente Activa (PEA). En Dinamarca hay un sistema interesante llamado flexiguridad: hay mucha libertad para contratar y despedir, pero la persona tiene un seguro de desempleo que cubre el 80% de lo que ganaba y un seguimiento personalizado para ayudarlo hasta que logra reinsertarse. Acá el seguro de desempleo son 400 pesos. 


Boletín de Octubre de AMNYP del Sur


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